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Prácticas sociopolíticas en el Levante durante la época de El Amarna (siglo XIV a.C.)

 

 

 

1) Estado de la cuestión

La llamada época de El Amarna en Siria-Palestina –mediados del siglo XIV a.C.– ha sido considerada, en los estudios tradicionales de la egiptología, como una época “anormal” en la historia sociopolítica de los dominios egipcios en Asia occidental. Las razones esgrimidas acerca de la debilidad de Egipto hacían referencia a la crisis política interna que, se suponía, reflejaba la correspondencia de los reyezuelos palestinos hacia el faraón y la creciente amenaza del imperio hitita en el norte, adentrándose cada vez más en Siria luego de haber desplazado al reino de Mitanni del juego político en el Levante. Estudios posteriores, sin embargo, han dejado en claro que la situación otrora referida como crítica para el mantenimiento del dominio egipcio, en realidad, parece haber sido la normal en Palestina durante toda la Edad del Bronce Tardío (ca. 1550-1150 a.C.), dadas sus características sociopolíticas, con las habituales escaramuzas y rencillas entre los pequeños soberanos y los ataques –ya esporádicos, ya frecuentes– de elementos disruptivos del orden, los ?ab/piru, nombrados varias veces en la correspondencia política de la época. En general, y sintetizando la estructura de dominación en Siria-Palestina, los súbditos asiáticos de Egipto dirimían sus problemas domésticos de manera local, bajo las órdenes de los comisionados egipcios apostados en la región. Las apelaciones al distante faraón en reclamo de ayuda, por cierto, parecen ilustrar mejor sobre la ideología política de la región que sobre situaciones concretas de crisis.
Por otra parte, el dominio hitita en la parte septentrional del Levante (Siria junto con Anatolia sud-oriental) difería en estructura y dinámica de su contraparte egipcia. La considerable cantidad de evidencia textual acerca del dominio hitita sobre el Levante septentrional nos permite realizar tanto una descripción suficiente de las características sociopolíticas de tal dominio, especialmente con relación a aquellas que refieren a los reinos “vasallos”, como una evaluación de la naturaleza de las prácticas políticas atestiguables. La detección de esta aparente práctica de “vasallaje” exterior condujo a algunos investigadores a postular la existencia de un tipo de “feudalismo hitita” en la antigua Anatolia. En principio, deberíamos notar aquí que el término “vasallo” posee un significado implícito, para algunas de las características evidenciables de su práctica concreta, que pertenece por cierto más al mundo político de la Europa medieval que al del Cercano Oriente antiguo propiamente. Un ordenamiento estructurado a partir de una cadena de autoridad, en donde cada individuo en un determinado nivel político le debía servicio a su señor, quien a su vez le juraba lealtad a un señor mayor aún –como aquel que regulaba la conducta sociopolítica interna de los señores dentro de los reinos medievales–, solamente puede ser evidenciado en la organización del imperio hitita, en donde cada vasallo juraba un voto al Gran Rey, en tanto su propia población permanecía como sus sirvientes ‘personales’, sin lazos directos con su amo en la capital del imperio. Vale decir, este “vasallaje” no caracterizaba el ordenamiento interno de Hatti, sino que regulaba un dominio externo a dicha sociedad, la cual no puede ser entonces definida como “feudal”. La utilización de términos como “vasallaje” o “feudalismo” en un contexto oriental, por lo tanto, puede ser algo sumamente inadecuado para comprender la estructura sociopolítica que vinculaba a Hatti con sus dominados externos y su dinámica. Precisamente, un intento de aproximar un enfoque que refleje de mejor manera la dinámica de las relaciones sociopolíticas entre el reino anatólico y sus dominados sirios es parte de lo que motiva el presente análisis, a partir de una interpretación de algunos de los pasajes presentes en los tratados “diplomáticos” producidos durante la Edad del Bronce Tardío. De especial interés nos es la posibilidad que tenemos aquí de responder por qué los reyes hititas diseñaban e imponían tratados de sojuzgamiento o de “vasallaje” para sus dominados, cuando bien podrían haber ejercido un dominio absoluto del territorio anatólico y sirio sin que medien dichos pactos explícitos en la práctica.
Según sostenemos, las cuestiones mayores, aún pendientes de resolución satisfactoria (y con especial atención a los casos identificables en situaciones y contextos de la historia antigua del Levante), en la bibliografía actual, pueden plantearse en los siguientes puntos:

1) ¿cómo incide la conceptualización de la naturaleza de las prácticas sociopolíticas (parentesco, patronazgo, práctica estatal) en la comprensión de la dinámica entre los agentes sociales?;
2) ¿cómo se vincula el patronazgo con las relaciones de parentesco?;
3) ¿qué relación existe entre las relaciones de patronazgo y la práctica estatal?
4) ¿qué relación se puede establecer entre las prácticas sociopolíticas (i.e., patronazgo) y las concepciones socio-religiosas?

2) Tesis a sostener

1. Las prácticas de parentesco y de patronazgo en las sociedades de Siria-Palestina observan pautas de conducta sociopolítica que denotan una íntima vinculación, tanto en su articulación política como ideológica, esto es, una similar fraseología para expresar prácticas y relaciones políticas. La intervención militar y administrativa de Egipto y de Hatti en la región, especialmente durante el período de El Amarna, permite evidenciar la convivencia y colisión de prácticas sociopolíticas divergentes (patronazgo y práctica estatal), alternándose la hegemonía política de cada práctica de acuerdo con la dinámica histórica del período.
2. Las relaciones de patronazgo –mucho más que las de parentesco– se evidencian en la correspondencia de El Amarna como el “idioma” sociopolítico que transmite las pautas de comportamiento de las sociedades siro-palestinenses ante la dominación egipcia e hitita. A su vez, y contrariamente al caso mencionado, Egipto manifiesta su dominio mediante un léxico y una fraseología, en general de corte imperativo, propios de instancias burocráticas (estatales) de dominación (algo que no sucede con el dominio hitita, que contempla vías personalizadas de dominación). Esta estructura comunicativa entre Egipto y sus dominados asiáticos presenta “interferencias” semánticas entre los interlocutores, la cual evidencia explícitamente el choque entre una ideología estatal (Egipto) y otra de patronazgo (Siria-Palestina).
3. De similar manera que en el Medio Oriente contemporáneo se puede atestiguar la interacción de prácticas de parentesco, patronazgo y Estado –en tanto situación heterogénea que no puede ser reducida a un solo patrón de conducta–, la dinámica sociopolítica de la región del Levante durante el período amarniano puede ser interpretada en términos análogos, teniendo en cuenta la distancia temporal, y por ende situacional, que separa a ambas sociedades.
4. Destacamos la posibilidad sustanciada y evidenciada ampliamente de hablar de una ontología indígena, propia de las sociedades antiguas del Levante mediterráneo, anclada en el vínculo mínimo patrón-cliente, y que reconoce una extensión jerárquica de dicho vínculo a toda la articulación y representación de la sociedad y sus partes.

 

 

Instituto Multidisciplinario de Historia y Ciencias Humanas -
IMHICIHU - CONICET

 

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